Por error, una familia veló y cremó a un desconocido: recibirán $10 millones de indemnización
El error, que se originó entre la morgue del Hospital Nacional de Clínicas y la funeraria encargada del servicio, terminó con una demanda judicial y una indemnización millonaria a favor de los damnificados.
El caso ocurrió en mayo de 2023, pero recién trascendió ahora, cuando la Justicia federal dio a conocer su fallo. El tribunal consideró que las víctimas sufrieron un grave daño moral y espiritual, y ordenó una compensación económica por un monto total de 10,3 millones de pesos.
Un error fatal entre la morgue y la funeraria
Feliciano Narciso Mercado había muerto en el Hospital Nacional de Clínicas y su cuerpo permanecía en la morgue del lugar. La funeraria Juan Caruso fue la encargada de retirar los restos, pero durante el procedimiento hubo una confusión: entregaron el cuerpo de otro hombre con el mismo apellido, Mercado.
El ataúd llegó cerrado y sellado a la sala velatoria, algo que no despertó sospechas en la familia. Según les explicó la empresa, se trataba de "una medida para agilizar el servicio". Así, despidieron al supuesto Feliciano y luego cremaron el cuerpo en el cementerio de Colonia Tirolesa.
Días más tarde, los responsables de la funeraria se comunicaron con los familiares y les pidieron que se acercaran al hospital. Allí, les informaron que el cuerpo que habían velado y cremado no era el de su ser querido, sino el de Esteban Mercado, otro hombre fallecido semanas antes.
"Tuvieron que despedirlo dos veces"
La familia devolvió las cenizas del desconocido y debió reconocer el cuerpo verdadero de Feliciano, repitiendo todo el proceso de velorio y cremación. Completamente afectados, iniciaron una demanda contra la Universidad Nacional de Córdoba —de la que depende el hospital— y contra la funeraria Caruso, por daño moral y negligencia en la prestación del servicio.
El juez federal Carlos Ochoa falló a favor de la familia y responsabilizó a ambas instituciones por la falta de control y diligencia.
"La UNC debe responder, sea que su personal entregó el cuerpo equivocado o permitió que la funeraria lo retirara sin control alguno", señaló el magistrado.
Además, el empleado de la morgue, Javier Calvo, admitió haber cometido el error al no verificar correctamente la identidad del cuerpo y fue sancionado con 30 días de suspensión.
En su fallo, Ochoa remarcó que los acusados "obligaron a la familia a vivir dos veces el proceso de despedir a un ser querido, en un lapso de 20 días, alterando su tranquilidad espiritual y causándoles un profundo daño moral".