Un estudio comparó el daño cardíaco por Covid y por la vacuna de Pfizer: cuál es más riesgoso
Una nueva investigación científica comparó, en población pediátrica, el impacto cardíaco del Covid-19 frente al que puede generar la vacuna de Pfizer. El estudio concluyó que el riesgo de padecer miocarditis o pericarditis es más de dos veces y media mayor tras la infección que después de la vacunación.
El trabajo fue realizado por investigadores de la Unidad de Epidemiología Cardiovascular de la Fundación Británica del Corazón, en Reino Unido, y publicado en la prestigiosa revista médica The Lancet. Los especialistas analizaron los registros de salud de más de 13 millones de menores de 18 años en Inglaterra, de los cuales más de 6 millones habían tenido Covid o recibido la vacuna.
Los científicos compararon la incidencia de eventos cardiovasculares como trombosis, trombocitopenia, miocarditis y pericarditis, tanto después de la infección por SARS-CoV-2 como luego de la vacunación con el suero de ARN mensajero de Pfizer.
De acuerdo con los resultados, el exceso de riesgo absoluto a los seis meses de miocarditis o pericarditis fue de 2,24 casos por cada 100.000 personas tras el diagnóstico de Covid, frente a 0,85 casos por cada 100.000 vacunados, lo que equivale a un riesgo 2,5 veces superior entre los que se contagiaron.
Además, los investigadores observaron que la mayor incidencia de complicaciones cardíacas se producía en la primera semana después de la infección y, aunque descendía con el tiempo, algunos efectos como la trombocitopenia o el tromboembolismo venoso persistían incluso más allá de los 12 meses.
En el caso de la vacunación, el aumento del riesgo se limitó principalmente a las primeras cuatro semanas posteriores a la aplicación, sin evidencia de efectos prolongados.
"Estos hallazgos son de gran importancia para los responsables de políticas sanitarias y para los cuidadores que deben decidir sobre la vacunación infantil. Respaldan la estrategia de inmunizar a niños y jóvenes para mitigar los riesgos más frecuentes y persistentes asociados con la infección por Covid-19", concluyeron los autores.
No obstante, los expertos aclararon que el análisis se basó en datos recolectados entre 2021 y 2022, cuando circulaban variantes del virus más agresivas que las actuales. El pediatra británico Adam Finn advirtió que "los resultados no necesariamente se aplican a las nuevas subvariantes de Ómicron", por lo que serían necesarios estudios más recientes para actualizar el panorama.
El estudio se conoce en un contexto en el que el uso de las vacunas contra el Covid-19 viene en descenso, especialmente en Estados Unidos, donde las recomendaciones oficiales fueron modificadas y ahora la decisión de aplicarlas quedó a criterio de los pacientes.
De todas formas, los autores del trabajo destacan que los datos refuerzan la evidencia a favor de la vacunación como medida preventiva, sobre todo para reducir los daños cardíacos asociados al virus en niños y adolescentes.