¿Qué significa que hayan encontrado roto el collar de la yaguareté asesinado en El Impenetrable?
Acaí había sido liberada hace un mes.
El hallazgo del collar satelital roto de Acaí, la yaguareté liberada en octubre en el Parque Nacional El Impenetrable, encendió las alarmas entre ambientalistas y autoridades y, gracias a que encontraron el dispositivo en el río Bermejo con signos de daño, pudieron confirmar que fue asesinada.
"Acaí fue liberada con un collar de monitoreo que registraba su posición cada hora y enviaba esos datos a través de conexión satelital cada cuatro horas. Fue ese mismo collar el que permitió detectar su muerte y el que, se espera, lleve a encontrar a los asesinos", explicaron desde la Fundación Rewilding Argentina, encargada de su preservación junto con la provincia de Chaco y la Administración de Parques Nacionales (APN).
Su existencia era crucial para los avances ambientales, ya que formaba parte de un programa histórico de reintroducción y suplementación de yaguaretés en el norte argentino. Se trata de una de las iniciativas de conservación de animales más ambiciosas del país.
La APN denunció el hecho ante la Justicia, ya que las pericias iniciales indicaron que el dispositivo fue intencionalmente manipulado.
MONITOREO
La colocación de collares satelitales es una herramienta esencial para conocer el comportamiento y la adaptación de los yaguaretés reintroducidos. Estos dispositivos permiten registrar su ubicación, alimentación, movimientos y estado general, ayudando a los equipos de conservación a protegerlos en tiempo real.
Según explican desde Rewilding Argentina, la ONG encargada del seguimiento, los collares emiten señales por GPS y VHF que facilitan ubicar a los animales y detectar eventos como nacimientos, desplazamientos o posibles amenazas. "Necesitamos saber cómo les va a estos yaguaretés y si están generando los efectos de restauración que los grandes carnívoros suelen tener en los ecosistemas", explicó Emiliano Donadío, director de la fundación.
El monitoreo también se complementa con cámaras trampa instaladas en puntos estratégicos, que permiten identificar ejemplares nuevos sin collar. Gracias a este sistema, recientemente se detectó un cachorro de apenas dos meses en la isla San Alonso, lo que confirma que la población continúa creciendo.
Desde Rewilding señalan que el seguimiento no solo protege a los felinos, sino que permite evaluar su impacto ecológico: el regreso del yaguareté influye en la abundancia de presas, el equilibrio de otros depredadores y hasta en la regeneración de la vegetación.